Israel también le asestó un golpe fatal a la infraestructura financiera de Irán
Agencia AJN.- En un año, Israel ha paralizado el sistema financiero del eje chiita: como parte de la operación Flechas del Norte de fines del año pasado, Israel dañó gravemente los canales de transferencia de dinero libaneses de la organización terrorista Hezbollah, su flota de cambistas y su banco central, Qard al-Hassan. Eso paralizó la capacidad de Hezbollah para pagarles indemnizaciones a las familias afectadas por la guerra.
Recientemente, como parte de la operación León Ascendente, fueron eliminadas figuras clave para la transferencia de fondos desde Irán a sus delegados en Medio Oriente y dañado su sistema de cambistas. Este es un duro golpe para Hezbollah e Irán, y en cierta medida también para la organización terrorista palestina Hamás, pero los expertos advierten: sin sanciones adicionales provenientes de Europa, quizás incluso bajo presión estadounidense, los iraníes podrán recuperarse fácilmente con la ayuda de otros países que se apresuran a darles una mano, como China, Rusia y Qatar.
«Dificultar a Hezbollah»
Recientemente se hizo evidente la eficacia de la campaña económica de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) y el aparato de defensa contra Hezbollah, no menos a la de su lucha militar: tras las operaciones en el Líbano e Irán se hizo evidente que Hezbollah lleva una semana sin pagarles indemnizaciones a las víctimas de la guerra con Israel a través de su banco local, Qard al-Hassan.
Hasta la fecha, y desde el alto el fuego del pasado noviembre, el banco ha distribuido no menos de 500 millones de dólares en indemnizaciones a las víctimas de la población chiita.
Antes del 7 de octubre, Hezbollah disfrutaba de un flujo inagotable de fondos procedentes de diversas fuentes, con los que les pagaba a decenas de miles de terroristas y sus familias, sobornaba a funcionarios estatales y compraba armas. La principal de estas fuentes era el control del banco Qard al-Hassan, que le otorgaba una libertad financiera casi total en todo el Líbano.
El control de los puertos aéreos y marítimos, así como la frontera abierta con la Siria de Bashar al-Assad, le había permitido a Hezbollah mover dinero en efectivo en valijas y cajas desde Europa y Sudamérica, incluso procedente de fuentes de ingresos como el narcotráfico.
Sin embargo, incluso después de que Siria se desmoronara como un importante canal de lavado de dinero en diciembre pasado, Irán había logrado transferir cientos de millones de dólares a Hezbollah a través del sistema de lavado de dinero «hawala», en el que el dinero se transfiere desde la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria a cambistas en Irak, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos, y de allí a Hezbollah, según una declaración de las FDI de la semana pasada.
La guerra que las FDI declararon en octubre pasado contra la presencia de Hezbollah en el sistema bancario libanés ha registrado varios logros, cada uno de los cuales individualmente no es desdeñable: bombas contra sucursales de Qard al-Hassan en todo el país, así como contra cajas fuertes; la presión estadounidense sobre el nuevo gobierno libanés, liderado por Michel Aoun, para limitar la capacidad de Hezbollah de utilizar el sistema bancario libanés a cambio de ayuda; y dos eliminaciones significativas ocurridas durante la operación en Irán.
La primera fue la eliminación de Haitham Abdullah Bakri, jefe de la casa de cambio Al-Sadek. También fue eliminado Behnam Shahriari, comandante de la Unidad 190 de la Fuerza Quds iraní, quien gestionaba exclusivamente los mecanismos que permitían el flujo de cientos de millones de dólares a la fuerza y sus delegados en Medio Oriente
Udi Levy, excomandante de la unidad Zalzal del Mossad y experto en contraterrorismo económico, advierte que «aún no se le ha cerrado la puerta a la totalidad de las amenazas de Hezbollah, que podría recuperarse con el tiempo: su negocio de narcotráfico sigue prosperando y los 1.500 millones de dólares del banco Qard al-Hassan no han sido confiscados ni destruidos; aún se encuentran protegidos debajo de hospitales. La continua aplicación de las leyes israelí y estadounidense, junto con la presión ejercida por el gobierno libanés, podrían seguir dificultando la recuperación de Hezbollah».
China le tiende la mano a Irán
La operación de 12 días en Irán también le ha asestado un golpe fatal a la infraestructura financiera de ese país. El banco Sepah, vinculado a la Guardia Revolucionaria y a la que le presta servicios financieros, fue atacado por un grupo de hackers pro israelíes, lo que provocó el congelamiento del pago de salarios a los soldados de la organización y la suspensión del sistema de cupones de alimentos y raciones del gobierno iraní para sus ciudadanos. Además, atacaron cajeros automáticos, así como depósitos de gas y petróleo en Pars.
La infraestructura económica de Irán ha sufrido graves daños y ahora se recupera. Sin embargo, países como China, Rusia y Qatar están dispuestos a brindarle asistencia. Udi Levy revela que, a pesar de las sanciones directas impuestas a Irán y su petróleo, las empresas fantasma chinas ya operan para vender petróleo, bienes y productos iraníes, con la asistencia de bancos europeos.
El dinero, por supuesto, no fluye directamente a Irán, sino a empresas fantasma chinas, que compran equipos y maquinaria que llegan a Irán a través de empresas fachada, mediante un mecanismo de compensación. Levy explica: «Se habla de repetidos ataques de Israel o Estados Unidos contra Irán en el futuro, pero no menos importante es ver cómo se involucra a los europeos en la guerra contra las empresas fantasma chinas que ayudan a Irán. Cerrar el grifo iraní en los bancos europeos podría ser tan fatal para el régimen de los ayatolás como un ataque militar».
«Existe consenso entre los países europeos sobre la actividad iraní encubierta, ya sean empresas comerciales, compañías de combustible o barcos que operan bajo la bandera de otro país», afirmó la abogada Nitzana Darshan-Leitner, presidenta de la organización Shurat Din y autora del libro Harpoon (Arpón) sobre la lucha contra la financiación del terrorismo.
«Si quieren imponerle sanciones a Irán, estas deben ser herméticas e incluir también a los bancos europeos. En este sentido, el presidente Trump debe imponerles su voluntad a todos los que cooperan con ellos. Sin embargo, esta es una laguna legal que no se ha abordado hasta la fecha: durante generaciones, los presidentes estadounidenses han preferido darle a Irán un margen de maniobra suficiente para mantener bajos los precios de la nafta.»
La realpolitik (una política exterior basada en cálculos de poder e interés nacional), explicó Darshan-Leitner, limita la motivación de los países occidentales para combatir también al terrorismo en otros lugares.
El sancionar a los bancos que trabajan con el banco de Hezbollah, Qard al-Hassan, se ve limitado por «el temor a perjudicar gravemente a la población chiita del sur del Líbano, a pesar de ser la forma más eficaz de perjudicar a Hezbollah». Las agencias internacionales de transferencia de dinero también están protegidas de las sanciones porque constituyen una importante arteria económica internacional.
Hamás podría recuperarse
Darshan-Leitner explicó que Hamás también podría recuperarse rápidamente, a pesar de la eliminación del oficial encargado de canalizar fondos a esa organización, Saeed Izadi. «Hamás cuenta con numerosas y separadas fuentes de financiación: es el principal proveedor de alimentos en la Franja de Gaza, y aunque Qatar ya ha dejado de enviarle valijas llenas de dólares, continúa financiándolo, a través de sus organizaciones benéficas, con cientos de millones de dólares. Israel debe actuar contra las organizaciones benéficas qataríes y exigirle al gobierno qatarí que cese todas las transferencias de fondos a Hamás».
A pesar de las recomendaciones para combatir a las empresas fachada chinas y las organizaciones benéficas qataríes, la Oficina de Lucha contra la Financiación del Terrorismo del Ministerio de Defensa israelí actualmente está sin director, lo que indica la baja prioridad que les da el gobierno israelí a las actividades civiles de lucha contra la financiación. El mandato de Paul Landes, quien dejó el cargo hace unas semanas, con una fecha de salida fijada hace un año, no fue renovado ni se le nombró un sustituto.
Fuente: agenciaajn
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