La Niña está de vuelta: ¿qué efectos tendrá el fenómeno sobre el clima del planeta?
La Niña está de vuelta.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos anunció este jueves que el fenómeno climático responsable de crudos inviernos y grandes sequías en todo el mundo ha llegado y hará sentir sus efectos varios meses.
Es el segundo año consecutivo en que esta variación del evento El Niño Oscilación del Sur (ENOS) se muestra activa.
Y, según especialistas consultados por BBC Mundo, desde hacía meses era previsible.
"Esta temporada ciclónica ha sido muy activa y esto es una señal de que estamos pasando de una fase neutral a una fase de La Niña, que propicia la formación de huracanes en el Atlántico", explica Juan Carlos Cárdenas, meteorólogo del Centro Mundial de Pronósticos de The Weather Company.
No obstante, al parecer, el fenómeno de este año es bastante atípico.
"Esta vez La Niña está llegando muy tarde, en el otoño, y no es está claro si continuará intensificándose o se debilitará aún más, como sucedió el invierno pasado", indica William Patzert, experto del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés).
Y es que, de acuerdo con este especialista, el fenómeno suele mostrarse tradicionalmente en el verano y luego, intensificarse durante el otoño y el invierno.
Sin embargo, este año, las observaciones climatológicas comenzaron a detectar los primeros efectos a inicios de este noviembre.
Pero ¿qué en qué consiste La Niña y cómo los especialistas constatan que está nuevamente activa?
ENOS
De acuerdo con Cárdenas, para entender qué es La Niña es preciso partir por explicar el fenómeno más general en el que se engloba, el llamado evento ENOS.
"El Niño es una oscilación atmosférica que causa un debilitamiento de los vientos alisios en el hemisferio sur del Pacífico. Esos vientos, cuando son normales, arrastran las aguas superficiales desde las costas hacia el océano y esto provoca que las aguas frías de las profundidades surjan allí", explica.
Esa agua fría, agrega, es lo normal en la zona ecuatorial de la costa de Sudamérica.
"Cuando esos vientos alisios se debilitan cesa ese proceso, al agua caliente se acumula y se produce un aumento de la superficie del mar en la costa de Perú y Ecuador, principalmente".
Ahora bien, cuando los alisios son muy fuertes y se refuerza la subida de esa agua fría en la zona ecuatorial y la temperatura del mar está por debajo de lo normal, ahí comienza a manifestarse el fenómeno de La Niña.
Cárdenas comenta que está también la llamada "zona neutra", en la que nos encontrábamos hasta hace poco, en la que ninguno de los dos eventos están notablemente activos y las temperaturas están sobre el promedio.
El experto de The Weather Company añade que, generalmente, las redes meteorológicas pueden determinar con anticipación cuándo la oscilación del sur cambiará de signo.
Uno de los síntomas es la diferencia de la presión atmosférica y los vientos que están asociados a ella. Es lo primero que sucede antes del cambio de temperatura del mar.
"Cuando se empiezan a determinar esos signos se sabe que se puede producir La Niña o El Niño", sostiene.
Los efectos de uno y otro, que van desde sequías a inundaciones, de lluvias intensas a huracanes, dependerán siempre de la zona de la oscilación: puede producir indistintamente sequías en
Latinoamérica, nevadas intensas en la zona norte de Estados Unidos o sequías en Australia o en las islas del Pacífico.
Pero, ¿cuáles son los pronósticos para esta nueva activación de La Niña?
Los pronósticos
Patzert, que es conocido como el profeta del "clima en California" afirma que, aunque aún es muy temprano para hacer predicciones, todo indica que La Niña estará muy tranquila este año.
"Aunque ha sido inusual su aparición en esta época se ha mostrado muy debilitada y no hay signos de que pueda reforzarse", señala.
Algo similar ocurrió el pasado año, en el que una tardía La Niña se manifestó por unos meses y luego desapareció, sin grandes consecuencias en el clima mundial.
"No obstante habrá que esperar. El invierno este año en la región norte de Estados Unidos, por ejemplo, parece haberse adelantado y es algo que suele asociarse a este fenómeno", comenta.
"También son previsibles sequías para inicios de año en la zona sur de Estados Unidos y en la zona ecuatorial de América Latina", señala.
No obstante, cree que incluso aunque se intensificara algo más en los meses venideros sus impactos sobre el clima mundial no serían tan intensos, como ocurrió tras la activación de El Niño entre 1997 y 1998.
"Ahí siguió una activación muy intensa también de La Niña. Sin embargo, su comportamiento en los últimos tiempos ha sido muy inusual. Tras la nueva activación de El Niño en 2015 y 2016, La Niña se ha mostrado especialmente débil".
Sin embargo, repite que las predicciones del clima no están escritas en piedra.
"Se está comportando de una forma muy atípica, así que hay que tener mucho cuidado en pronosticar cuál será el impacto este año. Al menos por ahora, La Niña ha comenzado tarde y muy débil".
Con información de: BBC
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