Francia está en una profunda crisis social y no tiene poder contra el terrorismo

12/25/2018 09:44:00 a. m. Redacción Luimegar 0 Comments




Justo antes de Navidad toda Francia está invadida por una atmósfera de tristeza y depresión que no se ha visto en este país europeo durante muchos años. La situación económica y social es terrible y se deteriora cada día. Las protestas de los “chalecos amarillos” son un desafío para el Gobierno, con manifestaciones iracundas y actos de vandalismo que ni siquiera se experimentaron durante los disturbios estudiantiles de mayo de 1968. En aquellos días la protesta era ideológica y una expresión de rebelión juvenil contra lo establecido. Hoy en día, los símbolos nacionales están siendo destrozados en todas sus formas mientras la multitud alborota y expresa su ira contra los ricos y los bancos, ambos simbolizan el capitalismo que representa el presidente Macron.








El presidente Emmanuel Macron fue electo para la presidencia en mayo de 2017 en medio de muchas fanfarrias, aunque fue la opción disponible cuando la líder de extrema derecha, Marine Le Pen, se enfrentó a él en una segunda vuelta.

Todas las promesas de Macron de cambios de gran alcance y reformas sociales y económicas han fracasado. A pesar de que ha tratado de suavizar su posición y endulzar la píldora amarga anulando varios decretos, una mayoría decisiva de los ciudadanos franceses sigue siendo pesimista y lo acusa de estar separado de la realidad. El hombre corriente en la calle no tiene fe en él y teme que la profunda crisis haga que la vida cotidiana sea aún más difícil, lo que también debilitaría la imagen y posición de Francia en Europa y en el ámbito internacional.

En esta deprimente atmósfera y ante la crisis social el Gobierno francés también está lidiando con una ola de terror islámico en curso sin precedentes, que ha estado azotando su territorio durante varios años.

¿Participación musulmana?

En este sentido, vale la pena señalar que los medios egipcios afirman que las recientes manifestaciones en Francia son similares a las que se desataron en Egipto y llevaron a la caída del régimen de Hosni Mubarak en 2011. Según algunos informes de los medios egipcios, la organización de la Hermandad Musulmana también participa en los disturbios de “chalecos amarillos”. Si bien las acusaciones han sido negadas por la organización islamista, puede haber una conexión entre la extrema izquierda en Francia y las “organizaciones caritativas” árabes que se identifican con la Hermandad Musulmana.

El ataque terrorista al mercado navideño en Estrasburgo el 11 de diciembre de 2018 ilustra aún más la impotencia de las autoridades, a pesar de las diversas medidas adoptadas.

Con este ataque terrorista, como con otros, parece que las autoridades francesas continúan ocultando información relevante al público. Insisten en usar terminología específica y varias expresiones en francés para abstenerse de definir abiertamente el incidente como un ataque terrorista y al perpetrador como un terrorista. Además, después de un ataque terrorista las autoridades se niegan a declarar claramente que todos estos ataques fueron perpetrados por terroristas musulmanes. La policía francesa tampoco actúa eficazmente contra la radicalización islámica en las mezquitas y prisiones. Hoy en día en Francia hay más de 20.000 “exaltados islamistas” (NdT: “cabeza-calientes” traducido textualmente) que se niegan a calmarse e integrarse en la sociedad. En el pasado y también hoy las autoridades dicen: “La policía conocía al sospechoso por actividades delictivas, drogas o robos, pero no se encontraron signos de extremismo religioso mientras lo vigilaban. No podríamos haber dicho que era un extremista que habría llevado a cabo un ataque y parece que actuó solo”.

Este ha sido el enfoque erróneo y repetido de cada ataque terrorista desde que comenzó la ola de violencia.

El terrorista responsable del ataque en Estrasburgo, como la mayoría de los terroristas, era un joven musulmán nacido en Francia, de una familia que emigró del Magreb (África del Norte). Francia, un país laico que se cuida de separar la iglesia del Estado, se abstiene persistentemente de conectar a quienes llevan a cabo ataques terroristas con sus orígenes o su religión. Nada de esta naturaleza está escrito en las tarjetas de identidad, y no es posible averiguar en ningún registro de población el número de musulmanes o judíos que viven en el país. Todos se basan únicamente en las estimaciones de sus instituciones comunitarias.

Con respecto al ataque terrorista del 11 de diciembre de 2018 en Estrasburgo, la ciudad es la capital de la provincia de Alsacia y limita con Alemania, donde hay una gran población musulmana. Algunos de sus elementos radicales y extremistas han intentado en el pasado atacar el festivo mercado navideño que atrae a más de 10 millones de visitantes al año. Los objetivos de los islamistas son variados: lanzar un ataque terrorista contra un objetivo religioso, que es un ataque humillante y amenazador contra un símbolo del cristianismo; asesinar a visitantes inocentes en un concurrido mercado de alto perfil, y golpear específicamente Estrasburgo porque es un símbolo europeo, una ciudad estrechamente vinculada con Alemania que sirve como sede del Parlamento Europeo.

Ya en diciembre de 2000, hace exactamente 18 años, una célula terrorista con sede en Frankfurt y conectada a la red de Al Qaeda en Alemania fue detenida en Estrasburgo. El líder de esa célula fue uno de los oficiales de Bin Laden en Europa, Mohammed Bensakhria, quien planeó un espectacular ataque antes de Navidad. También planeó ataques a la Torre Eiffel y a mercados navideños en Estrasburgo. Los miembros de esa célula eran salafistas de origen argelino. La célula fue aprehendida y disuelta mediante una operación conjunta entre los servicios de seguridad de Francia y Alemania. Fue interceptada unos días antes de Navidad y en la casa de los terroristas se encontraron cargas explosivas en ollas de presión, además de granadas, armas y cintas de video. La célula terrorista fotografió a muchos visitantes del mercado navideño y publicó consignas amenazadoras, como “Enviaremos a todos los kuffars (herejes) al infierno porque son los enemigos de Alá”.

Según fuentes de los servicios de seguridad franceses se planificó otro ataque terrorista masivo en la magnífica catedral local, de acuerdo con las instrucciones explícitas de los campos de entrenamiento de Al Qaeda en Afganistán, donde la célula fue entrenada antes de regresar a Francia. Debe recordarse que otro objetivo de estos mismos terroristas fue un ataque a la embajada de los Estados Unidos en París, inmediatamente después del ataque a las Torres Gemelas en Nueva York el 11 de septiembre de 2001.

El reciente ataque terrorista en Estrasburgo es particularmente preocupante porque el terrorista Chérif Chekatt, de 29 años, ya era conocido por la policía. Pasó ocho años en la cárcel antes de ser liberado. El mismo día en que tuvo lugar el ataque terrorista se llevó a cabo un registro en su casa donde se encontraron armas y granadas. Además, el terrorista logró ingresar al mercado navideño, en un área rodeada por policías y guardias de seguridad que había sido declarada completamente limpia. El terrorista también logró repeler a la policía que lo persiguió y se escapó en un taxi. Solo después de seis horas del tiroteo el nuevo ministro del Interior de Francia, Christophe Castaner, anunció un nivel máximo de alerta. Este único terrorista logró cerrar una ciudad entera obligando a una población de más de 275.000 personas a permanecer en sus hogares, y forzó un toque de queda para todos los miembros del Parlamento Europeo hasta el amanecer.

No hay duda de que hubo una serie de percances serios aquí, que requieren que las autoridades investiguen a fondo sus procedimientos.

Cabe señalar que entre 2015 y 2017 Francia estuvo en estado de emergencia durante 719 días. En noviembre de 2017, se aprobó en el Parlamento una drástica ley que limita la libertad de movimiento y aumenta la vigilancia de los sospechosos de terrorismo. Hoy, en diciembre de 2018, Francia está nuevamente bajo el toque de queda y el movimiento normal ha cesado.

Para comprender este fenómeno y por qué Francia se ha convertido en el foco de los actos de terror islámico, es esencial recordar la serie de ataques terroristas importantes que se han perpetrado allí desde 2012:

En marzo de 2012, Mohammed Merah, un terrorista francés de origen argelino, asesinó a siete personas en la ciudad de Toulouse, incluido el padre de una familia judía y sus tres hijos, en la entrada de la Escuela Otzar HaTorah. El terrorista ya era conocido por los servicios secretos.

El 7 de enero de 2015 yihadistas de nacionalidad francesa masacraron al personal de la revista satírica Charlie Hebdo, así como a los judíos que habían ido a comprar jalot para Shabat en un supermercado kosher. Al día siguiente se llevó a cabo una manifestación de solidaridad masiva a la que asistieron varios líderes gubernamentales, incluido el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

El 3 de febrero de 2015, tres soldados franceses que custodiaban un centro comunitario judío fueron atacados con un cuchillo de cocina.

El 19 de abril de 2015 se frustró un intento de bombardear una iglesia en la ciudad de Villejuif. El terrorista, de origen argelino, ya era conocido por los servicios de seguridad.

El 26 de junio de 2015, el gerente de una fábrica fue decapitado por un terrorista musulmán. En el último minuto se frustró el intento del mismo terrorista de volar un auto lleno de globos de gas.

El 23 de agosto de 2015, un musulmán atacó un tren expreso que viajaba de Bruselas a París. Gracias a la rápida actuación de varios soldados estadounidenses que estaban de permiso el terrorista fue neutralizado.

El 13 de noviembre de 2015 hubo un ataque simultáneo contra restaurantes, el estadio Stade de France y el teatro Bataclan. Como resultado se declaró un estado de emergencia en todo el territorio francés. Un total de 130 personas murieron y 350 resultaron heridas en los ataques.

El 7 de enero de 2016 fue frustrado un ataque a la sede de la policía en París. El terrorista sostuvo un cuchillo de carnicero y gritó: “¡Allāhu akbar!” a los policías.

El 13 de junio de 2016, una pareja casada de policías fueron asesinados en su propia casa. La esposa fue decapitada por un terrorista musulmán. Los oficiales de policía realizaron manifestaciones callejeras y se hizo un llamado desesperado por más recursos y seguridad.

El 14 de julio de 2016 fue perpetrada una matanza en Niza por un conductor de camión que ya era conocido por la policía como un peligroso criminal en serie. Había pasado un tiempo en prisión pero había sido puesto en libertad. Después de eso, los predicadores musulmanes le lavaron el cerebro. En la terrible masacre vehicular 86 personas murieron, entre ellas diez niños, y 300 resultaron heridas, de las cuales 50 quedaron luchando por sus vidas en el hospital. ISIS se responsabilizó por la masacre.

El terrorista Mohamed Lahouaiej-Bouhle era de origen tunecino.

En este caso, al igual que en los otros, las preguntas que deben hacerse son ¿por qué no se tomaron medidas apropiadas y drásticas para evitar nuevos ataques terroristas?, ¿por qué Francia todavía no internaliza el hecho de que tiene que luchar contra el terror extremista hasta que esté completamente erradicado? Uno también puede preguntarse por qué a este hombre se le permitió conducir un camión de 19 toneladas hasta el corazón de la Riviera Francesa en el Día de la Bastilla, que es un día festivo nacional. ¿Por qué la policía creyó al conductor cuando les dijo que estaba trayendo “helado a los juerguistas?” ¿Por qué, de hecho, ese mortal camión no se sometió a una inspección fundamental? Y si este hubiera sido un camión con trampas explosivas, este desastre podría haber sido muchas veces peor.

Residentes musulmanes en Francia

No hay duda de que la presencia de entre 8 y 10 millones de musulmanes en Francia preocupa a los responsables de las decisiones en Francia. Tienen un efecto muy fuerte en el nivel político y también en la perspectiva de la inteligencia. Cabe señalar que, a diferencia de Alemania, donde la mayoría de los musulmanes son turcos, o de Inglaterra, donde la mayoría de ellos provienen de la India y Pakistán, en Francia, la mayoría crítica de musulmanes proviene del norte de África: Marruecos, Túnez y Argelia.

En los años 70 y 80 Francia fue extremadamente generosa con los inmigrantes del norte de África, reuniendo a sus familias, pero hoy en día recibe una profunda ingratitud a cambio. Mientras los musulmanes en Francia no internalicen el hecho de que necesitan integrarse para convertirse en ciudadanos regulares, la incitación religiosa islámica continuará haciendo olas, lo que llevará a más ataques terroristas.

La situación existente se está deteriorando en los frentes social y económico y el número creciente de ataques terroristas está afectando la moral de la comunidad judía. No hay duda de que mientras la situación continúa deteriorándose y la crisis se profundiza los judíos franceses, que conforman la comunidad judía más grande de Europa Occidental, continuarán preocupados por convertirse en víctimas de la ira masiva, ataques terroristas y actos antisemitas.

Al mismo tiempo, el Gobierno francés está obligado a tomar todas las medidas esenciales de inmediato para prevenir ataques a la comunidad, no solo colocando oficiales de policía fuera de las instituciones, sino también con medidas preventivas contra los infractores de la ley, la incitación y los boicots. Debe evitar enfrentamientos entre judíos y árabes basados en el conflicto israelí-palestino y, en particular, evitar decisiones que apoyen indirectamente la deslegitimación del Estado judío y el apoyo y aliento indirectos de actos terroristas perpetrados por Hamas y otras organizaciones islamistas.

Acerca de Amb. Freddy Eytan: Es un ex asesor principal del Ministerio de Relaciones Exteriores que se desempeñó en las embajadas de Israel en París y Bruselas. También fue el primer embajador de Israel en la República Islámica de Mauritania. También fue el portavoz de la delegación israelí en el proceso de paz con los palestinos. Desde 2007, dirige el Proyecto Israel-Europa en el Jerusalem Center for Public Affairs, que se enfoca en analizar las relaciones de Israel con los países de Europa y busca desarrollar vínculos y vías de cooperación bilateral. También es el director de Le Cape, el sitio web en francés del Jerusalem Center for Public Affairs. El Emb. Eytan ha escrito 20 libros sobre el conflicto árabe-israelí y la política de Francia en el Medio Oriente, incluyendo La Poudriere (El Barril de Pólvora) y Le Double Jeu (El doble Juego). También ha publicado biografías de Shimon Peres, Ariel Sharon, Benjamin Netanyahu, y el libro Los 18 que construyeron Israel.

Con información de: AURORA





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