Desde 1841 no había temblado tan fuerte en Monterrey; están preparados para un sismo severo
Aunque la percepción general es que Monterrey está exento de fuertes terremotos, datos recientes revelan un panorama diferente. Expertos alertan sobre el riesgo latente de un sismo de magnitud superior a 6.0 cada 200 años
Aunque la percepción general es que Monterrey está exento de fuertes terremotos, datos recientes revelan un panorama diferente. El temblor de hoy alcanzó un promedio de 4.5 grados en la escala de Richter.
Expertos alertan sobre el riesgo latente de un sismo de magnitud superior a 6.0, comparable al registrado en 1841, e insisten en la urgencia de adoptar medidas estructurales, científicas y sociales ante este posible escenario.
¿Monterrey está preparado para un sismo de gran magnitud?
Monterrey, capital industrial del norte del país, enfrenta un riesgo sísmico que ha sido históricamente minimizado. Aunque no se ubica sobre el contacto directo de placas tectónicas, su ubicación en una zona con fallas geológicas reactivables lo coloca en una situación vulnerable ante un evento telúrico de gran escala, similar al ocurrido hace casi dos siglos.
En 1841, un terremoto de magnitud 6.2 sacudió el noreste mexicano, dejando daños significativos y víctimas mortales en comunidades cercanas a la frontera entre Coahuila y Zacatecas.
Monterrey solo registró un fuerte estremecimiento en esa ocasión, pero la historia sísmica de la región no se detuvo ahí. Investigaciones recientes de la Universidad Autónoma de Nuevo León muestran que desde 2006 se han registrado más de 500 movimientos sísmicos en el estado, algunos incluso dentro del área metropolitana.
Especialistas advierten que el patrón temporal de estos fenómenos, conocido como período de retorno, indica que cada 200 años podría repetirse un evento de magnitud similar.
Reactivación de fallas geológicas
El aumento de microsismos en zonas urbanas como Escobedo, Apodaca o Santa Catarina sugiere una posible reactivación de fallas locales y exige una atención más profunda en términos de vigilancia geológica y planeación urbana.
Pese a esto, gran parte de las edificaciones en municipios de Nuevo León carecen de diseño estructural que contemple eventos sísmicos mayores.
A diferencia de otras ciudades con normativas robustas de construcción antisísmica, muchas construcciones locales presentan deficiencias críticas en materiales y técnicas.
Frente a este panorama, el riesgo sísmico en Monterrey no puede seguir siendo ignorado. La acumulación de datos geológicos, el fortalecimiento de las normas constructivas y la concientización social son acciones imprescindibles para afrontar el desafío de un posible terremoto de gran magnitud.
Porque aunque no se puede saber cuándo, es claro que Monterrey está bajo la sombra de un riesgo sísmico cada vez más probable.
Fuente: elmanana
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