Internacional - Más de 250 sismos sacuden la frontera entre California y México

UNIVISION - Desde la víspera del Año Nuevo los residentes de una ciudad del sur de California y cercana a la frontera con México han experimentado más de 250 sismos de baja intensidad, de acuerdo a reportes del Servicio Geológico Nacional (USGS).

Este enjambre de temblores, que no es cotidiano incluso para una zona sísmica ubicada en la conexión de las fallas de San Andrés y de Imperial, atrajo la atención de los científicos y preocupó a los vecinos.

Al momento no se han reportado lesionados, ni daños materiales.

El terremoto más fuerte alcanzó una intensidad de 3.9 grados y ocurrió justo en la ciudad de Bradley, a unas 170 millas al sur de Los Ángeles y cercana a la frontera mexicana.

De hecho, los científicos identifican a esa región como la Zona Sísmica de Bradley, la cual se extiende desde dicha ciudad hasta el poblado de Bombay Beach, que en septiembre sintió más de 200 movimientos telúricos en un par de días. En 2001 y 2009 ocurrieron eventos similares ahí.

Científicos de Caltech han estado monitoreando esos sismos que se han reportado dentro y en las inmediaciones del Salton Sea, un lago que se pudre al igual que los últimos indicios de su época dorada.

Aunque los poblados en esa comarca conviven con la temida falla de San Andrés, a la de Imperial se le atribuyen dos grandes terremotos ocurridos el siglo pasado.

El peor, de 7.1 grados de magnitud, se reportó en 1940 y se originó en la ciudad fronteriza de El Centro. El sismo dejó un saldo de nueve muertos, deformó vías férreas y dañó un sistema de riego. Incluso balanceó edificios tan lejanos como los ubicados en Los Ángeles.

Mientras que un sismo de 6.5 grados se registró en 1979 y dejó más de 90 heridos y dañó severamente un edificio del condado de Imperial que tuvo que ser demolido, así como el sistema de riego de la zona.

Hace seis años, los 26,000 habitantes de Bradley sintieron otra sacudida por un sismo de 5.4 grados de intensidad.

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Los científicos alertan que los enjambres de temblores en la falla de Imperial podrían ser combustible para la peligrosa falla de San Andrés, causante de varias catástrofes en la Cuenca del Pacífico.